Este proyecto se realizó en un terreno que fue cedido a la Alcaldía de Sucre en Caracas, Venezuela para  instalar el Centro de Atención Integral para el Niño y el Adolescente (CAINA). En el terreno existía una vivienda antigüa en muy mal estado renovando casi la totalidad de la estructura, aprovechando la ya existente. Se definieron nuevas áreas: salas de consultas, sala para estudios médicos (rayos X),  salas de espera, recepción, un pequeño comedor, baños entre otros.

Lo propuesta principal fue generar el mayor acceso de luz natural al recinto, debida a su condición de ser un terreno en medianera, lo cual se logró generando un patio interno sobre la sala de espera en planta baja.